La inteligencia artificial (IA) está irrumpiendo en todos los ámbitos de la vida, y la salud no es una excepción.
La inteligencia artificial (IA) está irrumpiendo en todos los ámbitos de la vida, y la salud no es una excepción.
Durante la pandemia de Covid-19, la «farmacia del mundo» jugó un papel prioritario en la cooperación internacional, llegando a suministrar medicamentos esenciales y vacunas a más de 150 países. No obstante, el acuerdo de libre comercio (ALC) entre India y la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC), una organización intergubernamental independiente de la Unión Europea (UE), plantea desafíos cruciales.
La prevención y el control de las IAAS son fundamentales para proteger la salud de los pacientes y trabajadores de salud y garantizar la calidad de los servicios de salud.
El gobierno de Colombia dio un paso histórico al expedir la primera licencia obligatoria de su historia. La decisión la tomó con el fin de superar las barreras de las patentes al tratamiento del VIH en el país e importar versiones genéricas menos costosas del medicamento dolutegravir, sin permiso de los titulares de la patente, decisión que no constituye una expropiación de la patente, ni una violación a los derechos del titular de esta, pues la licencia obligatoria no impide que el mismo la pueda seguir explotando.
Las enfermedades raras o huérfanas (ERH) son aquellas que afectan a un número pequeño de personas en comparación con la población general y que, por su rareza, son difíciles de diagnosticar. Las personas que viven con estas enfermedades se encuentran entre los grupos más vulnerables en la sociedad. En el Perú, más de 2 millones de personas tienen ERH, pero sólo se ha identificado alrededor de 1,000 de las 7,000 ERH reconocidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) está en proceso de definir un tratado que pueda mejorar la respuesta a futuras pandemias. La Unión Europea ha presentado una propuesta para dicho tratado que ha generado preocupación entre expertos y organizaciones internacionales.
La pandemia de la COVID-19 ha tenido un impacto significativo en la salud global, subrayando la importancia crucial de las vacunas como herramienta principal de prevención. Sin embargo, es esencial reconocer que, al igual que otras tecnologías de salud como medicamentos, dispositivos médicos y otras, pueden ocasionar reacciones adversas, desde leves como fiebre o dolor en el lugar de la inyección, hasta más graves.
La situación de salud en Perú va más allá de los retos derivados de la pandemia de COVID-19, revelando una crisis profunda que se arrastra desde el 2016 cuando se declaró la emergencia sanitaria en Lima Metropolitana. Las medidas implementadas en 2018 para recuperar la capacidad operativa de los servicios de salud, no lograron revertir las crecientes brechas en la infraestructura y equipamiento tanto en el Primer Nivel de Atención como en hospitales.
En un reciente artículo publicado en la revista Nature, se destaca la falta de estudios sobre el “long COVID” en países de ingresos bajos. El Perú, a pesar de estar entre los países de ingresos medios acusa también esa carencia. El artículo, titulado “La doble maldición del ‘long COVID’ en países más pobres”, resalta la necesidad urgente de realizar investigaciones sobre esta condición en todo el mundo, incluyendo países en desarrollo como el nuestro.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha publicado recientemente un informe que destaca la necesidad de priorizar la salud mental como un tema de salud pública en todo el continente americano en el contexto de la pandemia de COVID-19.