La idea de un tratado internacional sobre pandemias es evitar que se repitan los fracasos ocurridos durante la crisis del COVID-19. Muchas cosas no funcionaron, pero el fracaso más flagrante fue la distribución desigual y el acceso desigual a vacunas, diagnósticos y tratamientos. Se necesita un tratado internacional basado en los principios de equidad, inclusión y transparencia para garantizar el acceso universal y equitativo.