Por Tiana Quevedo
El 9 de septiembre se reanudaron las negociaciones para llegar al Acuerdo sobre Pandemias, en medio de una crisis creciente por el brote de mpox (anteriormente conocida como viruela del mono) y la aparición de cepas más severas. Las desigualdades al acceso a tratamientos y vacunas siguen siendo un obstáculo, especialmente para los países en desarrollo, mientras que los productos sanitarios se concentran en las naciones más ricas.
Estas disparidades evidencian la necesidad de un cambio estructural que el Acuerdo Pandémico y las enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional (RSI) buscan abordar. Además, cabe destacar que la mpox fue declarada por la OMS como una Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional el último 14 de agosto.
La 11ª sesión del Órgano de Negociación Intergubernamental (INB) plantea interrogantes claves. Entre ellas, cómo definir claramente el acceso a patógenos y beneficios compartidos, especialmente en el contexto del sistema de «Una Salud». Surge la necesidad de que los países en desarrollo ejerzan mayor influencia en las negociaciones para garantizar el acceso equitativo a los productos sanitarios esenciales.
En este contexto, se llevó a cabo una conversación organizada por la Red del Tercer Mundo (TWN) y aliados, dirigida a organizaciones de la sociedad civil, con la participación de expertos como K.M. Gopakumar y Nithin Ramakrishnan, ambos investigadores senior en TWN, Lauren Paremoer, investigadora del Movimiento por la Salud de los Pueblos, Javier Llamoza, investigador en Acción Internacional para la Salud (Perú) y Luis Villarroel, director de Innovarte ONG (Chile).
Los panelistas mencionaron que ocho de los 37 artículos del Acuerdo Pandémico han sido señalados como críticos. Particularmente, el Artículo 11 sobre transferencia de tecnología, refuerza la dependencia de los países en desarrollo con los titulares de derechos de propiedad intelectual.
Asimismo, las barreras regulatorias dificultan la rápida disponibilidad de productos sanitarios durante emergencias. Son necesarias reformas que agilicen los procesos de aprobación y garanticen que las vacunas y tratamientos lleguen a las poblaciones más vulnerables de manera oportuna.
En referencia al acceso a datos de secuenciación genética de patógenos, señalaron que debe estar vinculado a obligaciones claras de compartir beneficios de manera justa y equitativa. Los intermediarios, como laboratorios y bases de datos, deben rendir cuentas bajo términos acordados por las partes. Los receptores de los datos están obligados a compartir beneficios monetarios y productos de salud en tiempo real, incluyendo licencias de manufactura y materiales biológicos para el desarrollo de productos durante emergencias de salud pública y pandemias. Asimismo, advirtieron la necesidad de mejorar los sistemas de vigilancia de patógenos y factores ambientales, así como de promover la colaboración internacional para asegurar una respuesta rápida y equitativa a las emergencias sanitarias.
Los expositores enfatizaron que los países no deben apresurarse en terminar las negociaciones del tratado. Un acuerdo apresurado, sin abordar las causas subyacentes de las desigualdades, podría resultar ineficaz. Las lecciones de pandemias pasadas, como la de COVID-19, deben ser consideradas para evitar repetir errores y garantizar que el nuevo marco sea verdaderamente equitativo y efectivo.
Finalmente, aunque las enmiendas al RSI buscan reforzar un enfoque equitativo para mejorar la respuesta ante emergencias sanitarias globales, los expertos señalaron que es necesario garantizar que estos cambios incluyan disposiciones más sólidas sobre la equidad, especialmente en términos de acceso a productos sanitarios esenciales durante pandemias.
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