La compra corporativa SIEC-SIP-11-2016-CENARES/MINSA-1 se inició el 30 de diciembre del 2016, y estaba programado culminar en febrero de 2017. Sin embargo, la falta de previsión con la nueva ley de contrataciones no ha permitido que el proceso se cierre a pesar de haberse otorgado la buena pro el 17 de abril y que dejó 12 ítems en suspenso por haberse adjudicado a un valor mayor que lo presupuestado; las instituciones públicas involucradas debieron certificar el presupuesto adicional, lo que no se habría realizado y el proceso aún sigue en suspenso. Lo cierto es que a la fecha, ningún proveedor de los 49 medicamentos oncológicos que debieron comprarse han sido notificados mediante el portal del SEACE como manda la Ley de contrataciones. En consecuencia, no hay contratos firmado y no habrá entregas en los hospitales.
Este proceso de compra involucra a 36 instituciones públicas; entre ellas EsSalud, Fuerzas Armadas, Ministerio de Salud y Gobiernos Regionales. Este hecho se suma a lo que viene sucediendo en la compra corporativa N°010-2016-CENARES/MINSA para 240 medicamentos y la compra corporativa N°009-2016-CENARES/MINSA para 132 medicamentos. Ambos procesos son para abastecer a los hospitales por un periodo de 24 meses, y la buena pro se viene postergando por más de 60 días. Esperemos que los precios a los que se adjudiquen estos medicamentos no sean mayores a lo presupuestado; de lo contrario, entraremos en fase de “suspensión” como sucede con los oncológicos donde el proceso burocrático de sustentar mayor presupuesto, acompañado de desconfianza y la falta de determinación de quienes deben gestionar el sistema de salud, terminan por ahondar la crisis que hoy tenemos en los servicios de salud donde solo se respira desesperanza.
El Estado debe evaluar esta situación y corregirla. Las compras corporativas no son situaciones nuevas, tampoco las compras en emergencia como sucedió a finales del 2016 cuando el Ministerio de Salud solicitó S/.103 millones para resolver el desabastecimiento de medicamentos y dispositivos médicos y solo pudo gastar alrededor de S/.28 millones. El resto tuvo que transferirlo a las órganos ejecutores para saldar deudas pasadas y que finalmente no terminaron por resolver el desabastecimiento. ¿Tenemos a los mejores técnicos para gestionar las compras del Estado?, ¿Hasta cuándo la falta de previsión seguirá siendo una barrera para asegurar el acceso oportuno?, ¿Hasta cuándo un sistema de salud indolente?
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