En una nota para OtraMirada, Javier Llamoza de Acción Internacional para la Salud analiza el anuncio del Premier Gustavo Adrianzén sobre el destino de 700 millones de soles al Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (CENARES) para la compra de medicamentos en 2025. Aunque inicialmente parece una inyección significativa de fondos para el Ministerio de Salud (MINSA), en realidad este presupuesto proviene del debilitado Sistema Integral de Salud (SIS), lo que perjudica su capacidad de operación. En lugar de representar nuevos recursos, se trata de una redistribución que debilitará aún más al SIS, especialmente cuando enfrenta una deuda acumulada de 850 millones de soles.
Este cambio de presupuesto refleja la ineficiencia crónica del sector, ya que en 2024, CENARES no realizó las compras nacionales de medicamentos, obligando a las regiones a usar su presupuesto. Esta falta de acción ha generado un desabastecimiento crítico en las regiones y una creciente desconfianza en la capacidad de CENARES para gestionar los recursos. A pesar de que la Resolución Ministerial 415-2024 autorizó las compras desde junio, más de 200 productos aún no han sido convocados. Mientras tanto, el ministro de salud sigue culpando al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) por no transferir los fondos, aunque la normativa permite que las compras se realicen con presupuestos regionales.
Para 2025, el desabastecimiento continuará hasta que las compras se efectúen, lo cual podría retrasar el suministro de medicamentos hasta abril. En consecuencia, los más vulnerables serán los más afectados, ya que las alternativas económicas como las farmacias del MINSA no son accesibles para las personas más pobres.
Llamoza sugiere que el Proyecto de Ley de Presupuesto para 2025 debería incluir mecanismos claros y plazos para garantizar la compra oportuna de medicamentos. Si CENARES no cumple, se deberían transferir los recursos a las regiones para evitar mayores demoras. Aunque se perdería el beneficio de las economías de escala, al menos se garantizaría el acceso a los medicamentos a tiempo, una urgencia para los pacientes que no pueden seguir esperando.