El 27 de mayo, Aids Healthcare Foundation (AHF Perú), Red Peruana por una Globalización con Equidad (RedGE) y Acción Internacional para la Salud (AIS Perú) organizaron una conferencia de prensa para discutir el tratado pandémico propuesto por la OMS, que comenzaría a debatirse en la Asamblea Mundial de la Salud (AMS) iniciada ese mismo día.
Créditos: GIVAR
Estuvieron presentes Damaris Cuyubamba de SidaVida, quien compartió su testimonio sobre las pérdidas sufridas durante la pandemia; Roberto López Linares, director ejecutivo de AIS Perú; José Luis Sebastián, director regional de AHF; y Jorge Saavedra, director ejecutivo del Instituto de AHF de Salud Pública Global.
José Luis Sebastián comenzó explicando el tratado pandémico y su importancia, destacando que es una herramienta para garantizar el acceso equitativo a recursos de salud durante futuras pandemias en todos los países. El objetivo es asegurar que todas las regiones puedan acceder a recursos esenciales como vacunas, medicamentos y otros productos sanitarios.
“En el 2021, los países decidieron reunirse virtualmente en la AMS virtual del 2021 y dijeron que necesitábamos un acuerdo global para que esto no vuelva a suceder […] Las versiones iniciales [del acuerdo pandémico] abordaban asuntos críticos sobre la equidad, mas en las versiones posteriores, influidas por la industria farmacéutica, los paises ricos empezaron a buscar protegerse […] La última versión, si se firma, estará cosagrando que la inequidad es lo que se necesita para una próxima pandemia”, dijo Jorge Saavedra.
Roberto López y Jorge Saavedra criticaron el texto actual del tratado pandémico por no obligar a los países del norte, la industria farmacéutica y otros actores a cumplir compromisos claros para prevenir y responder a futuras pandemias. López resaltó: “la transferencia de tecnologías, para producir vacunas, test de diagnóstico, equipos, etc, se hará sobre bases voluntarias. Es decir, [la voluntad] de quien tiene la propiedad de la tecnología para darla. Además, [el texto] menciona que se hará en términos mutuamente acordados y cuando sea apropiado. ¿Quién decide cuando sea apropiado? […] Sobre compartir beneficios, quieren obligar a los países del Sur a informar disciplinadamente a la comunidad internacional sobre los patógenos que aparecen […] para que ellos puedan producir tecnología sanitaria que después se nos apropia con patentes. Por eso decimos que este tratado no sirve para enfrentar futuras pandemias […]. Este proceso ha sido ópaco, con poca participación de los países, menos aún de la sociedad civil y mucha del buró del Órgano de Negociación Intergubernamental (INB) y la secretaría de la OMS. Así como está, es un tratado que no deberían firmar nuestros gobiernos.”
José Luis Sebastián añadió: “Debería de haber una movilización social en torno a esto, deberían de ser muchas organizaciones para hacer presión y cambiar el rumbo de este tratado que sí necesitamos, pero así como está, no nos sirve de nada. Necesitamos que las personas se pronuncien […], presionar a las autoridades y a las personas que participan en estos espacios en OMS para que asuman este compromiso con la humanidad que es consagrar la vida frente a la ambición de algunos.”
Es importante destacar el impacto del esfuerzo de la sociedad civil de los países del Sur. Un mes antes, varias organizaciones, entre ellas AIS Perú, GHP Corp. Colombia, Innovarte – Chile, Ifarma – Colombia, Observatorio de Justicia Sanitaria y Climática – Argentina, Red Peruana por una Globalización con Equidad – Perú, Red de Medicamentos – Guatemala y PVA LAC, se unieron para expresar su profunda preocupación por las negociaciones del Acuerdo Pandémico mediante una carta enviada a la Presidenta de la República del Perú el pasado 26 de abril. En este documento, las organizaciones dejaron claro que consideraban el texto actual insuficiente y desbalanceado, analizando varios artículos del acuerdo para sustentar su posición.
Gracias al esfuerzo de estas y otras intervenciones en diversos espacios de la región, la discusión sobre el tratado pandémico persistirá más allá de la conclusión de la Asamblea Mundial de la Salud 2024. Los Estados Partes de la OMS han decidido extender las discusiones y la posible aprobación del tratado por hasta un año más, lo que refleja el impacto de la presión ejercida por la sociedad civil. Si se alcanza un acuerdo antes de la próxima AMS, se podría convocar una sesión extraordinaria para su aprobación.