Inequidades en salud y concentración de la riqueza

Fuente: Rodrigo Abd - Oxfam

Por Akemy Bustamante

En el informe “Desigualdad S.A.: El poder empresarial y la fractura global: la urgencia de una acción pública transformadora” presentado durante el Foro Económico Mundial en Davos, se destaca la preocupante relación entre el poder empresarial y la creciente fractura global. En particular, las secciones 2 y 3 del informe ponen de relieve los riesgos asociados con la privatización de servicios públicos, el crecimiento de los monopolios y su impacto en los sectores de tecnología y medicamentos.

Es la nueva era del poder monopolístico que está exacerbando la desigualdad en todo el mundo. Se subraya que los monopolios están alimentando la brecha entre ricos y pobres, y se menciona “la cumbre del poder monopolístico”, la cual implica que estas grandes empresas monopolísticas tienen un control casi absoluto sobre la producción, distribución y precio de bienes y servicios. Las grandes empresas ejercen una influencia desproporcionada en el mercado y en la población. En particular, el poder de las grandes farmacéuticas y las que controlan la tecnología en el campo de la información y las comunicaciones que son consideradas gigantes en sus respectivos sectores. El poder empresarial fomenta la desigualdad a través de la privatización de los servicios públicos. Según Oxfam, “privatizar los servicios públicos en beneficio de las grandes empresas contribuye a la exclusión y la desigualdad, ya que se priorizan los intereses económicos sobre las necesidades de la población”. Estos servicios incluyen áreas críticas como la salud, la educación y el suministro de agua potable, cuyo acceso equitativo se ve amenazado por la búsqueda de beneficios económicos.

Además, esas grandes empresas van por el camino de la evasión y elusión de impuestos, lo cual agrava aún más la desigualdad, ya que cuando las grandes empresas realizan estas prácticas, disminuyen los ingresos del Estado, lo que limita su capacidad para invertir en servicios y programas sociales que beneficiarían a toda la sociedad. Como resultado, la brecha entre los más ricos y los más pobres se amplía aún más, ya que las personas de bajos ingresos se ven privadas de recursos y oportunidades que podrían ayudar a reducir la desigualdad.

Por otro lado, la falta de responsabilidad ambiental por parte de estas empresas también contribuye al colapso climático. Al no asumir su parte en la mitigación del cambio climático y al aprovecharse de prácticas que generan altas emisiones de gases de efecto invernadero, estas empresas perpetúan la crisis climática. La falta de inversión en tecnologías limpias y la evasión de regulaciones ambientales tienen un impacto negativo en el medio ambiente y en la salud de las personas.

Con respecto a la tecnología y los medicamentos, el informe advierte sobre el crecimiento del poder de los “gigantes” tecnológicos y farmacéuticos. Estas empresas ejercen una influencia significativa en la economía global y pueden tener un impacto negativo en la competencia, la innovación, en la salud de la población y el ambiente.

El Dr. Joan Benach, doctor en Salud Pública de The Johns Hopkins University y Catedrático de la Universidad Pompeu Fabra, muestra la estrecha relación entre la riqueza y esperanza de vida al nacer. Existen múltiples estudios que demuestran que los países más ricos tienden a tener una esperanza de vida al nacer más alta en comparación con los países más pobres. Esto se debe a que la riqueza de un país proporciona acceso a recursos y condiciones que favorecen una vida más saludable y prolongada.

Cuando un país es extremadamente pobre, carece de recursos básicos como agua potable, alimentación apropiada, instalaciones sanitarias y atención médica accesibles. Esto tiene un impacto negativo en la salud de la población y se refleja en una esperanza de vida más baja, a diferencia de un país que se vuelve más rico y desarrollado, que puede invertir en infraestructura de salud, educación y servicios públicos.

Ante esta situación, se insta a los gobiernos a asumir un papel activo en la regulación y redistribución de poder económico de las grandes empresas monopólicas y garantizar un mundo más equitativo y sostenible, ya que la concentración de la riqueza que generan las empresas monopolísticas en el mercado es un factor influyente sobre  la esperanza de vida al nacer.

Referencias:

  1. Oxfam. 2024. DESIGUALDAD S.A. El poder empresarial y la fractura global: la urgencia de una acción pública transformadora. Disponible en: https://www.oxfam.org/es/informes/desigualdad-sa
  2. Med Ufro. Conferencia Dr. Joan Benach “Inequidades en Salud, aprendiendo a mirar nuestra peor epidemia” [Internet]. Youtube; 2019 [Citado el 7 de febrero de 2024]. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=bUCTsx1uItc&t=1245s

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